¿Dormir del tirón? Es posible con un buen colchón

Hace un tiempo hablábamos de la importancia de dormir bien y os dábamos las claves para lograrlo, si bien a todo esto habría que sumar la necesidad de tener un buen colchón que garantice nuestro descanso.

La oferta de colchones es amplia, y no siempre tenemos claro cuál nos conviene más. Si estás pensando en comprar uno nuevo, debes tener en cuenta algunas recomendaciones antes de proceder a adquirirlo, contando siempre además con la ayuda de expertos como los de la tienda Bedland de nuestro centro comercial.

 

5 consideraciones a tener en cuenta antes de elegir colchón

 

L600 Bedland

 

Manera de dormir

º Si duermes boca arriba, sobre la espalda, debes escoger colchones duros.

º Si duermes de lado, es más aconsejable un colchón de menor firmeza que permita al hombro hundirse levemente, hasta encontrar una posición cómoda.

Tu peso

En los últimos años se ha extendido la idea de que un colchón duro es siempre lo mejor para la espalda. No es así: En último término, la dureza, o mejor, la firmeza del colchón es una cuestión de preferencia personal y de peso.

º Si pesas bastante, necesitarás colchones firmes para asegurar una buena sujeción. En un colchón blando te hundirías en exceso.

º Las personas más ligeras necesitan también colchones de mayor flexibilidad, que se adapten a su contorno para repartir mejor el peso.

Si te mueves mucho

º En este caso te conviene un colchón algo más duro que te permita girarte sin esfuerzo. En un colchón blando te hundirías demasiado, y te costaría girar, lo que resulta incómodo.

Si pasas calor

º Si sudas con facilidad o vives en un lugar cálido, los colchones de muelles pueden convenirte más, pues se ventilan mejor y son más frescos.

º Si eres friolero o vives en un lugar frío, los modelos de espuma, de látex o de material viscoelástico guardan más el calor.

Otras cuestiones

º Si deseas una base articulada, necesitas un colchón flexible (de espuma, de látex o de muelles embolsados).

º Si eres alérgico al polvo o asmático, se recomienda usar un colchón de espuma o de látex con una funda lavable (salvo, claro está, que seas alérgico al látex).

 

Una vez te hayas hecho con tu nuevo colchón, recuerda mantenerlo bien y cambiarlo después de unos 10 años de uso, no más de 15 en ningún caso ya que con el paso del tiempo, pierden consistencia y grosor y no ofrecen entonces condiciones óptimas para el descanso.

 

¡A dormir bien se ha dicho!

 

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