El día de los enamorados es la excusa perfecta para preparar ‘un algo’ romántico en casa: hoy te traemos un plan de San Valentín que alimentará la llama del amor todavía más -si es que eso es posible-.

UNA CENA ESPECIAL

Lo primero es preparar una cena que os apetezca y sea diferente a la del resto de días: si no sois muy cocinillas y queréis disfrutar pronto de la cena, siempre podéis optar por pedir comida preparada a domicilio. ¿Qué tal unos noodles, unos pinchos o vuestra hamburguesa favorita? En nuestro centro Área Sur tienes una amplia oferta, seguro que encuentras algo tentador.

Por otro lado, cocinar en pareja puede ser la mar de divertido: descorchad una botella de vino y dedicad ese rato juntos en la cocina. Os proponemos preparar un postre bien rico de esos que endulzan la velada en condiciones:

EL POSTRE MÁS ROMÁNTICO

Preparación

Comenzamos preparando la base de galletas para nuestra tarta de queso, para lo que trocearemos las galletas en trozos pequeños para que después las podamos triturar del todo con la ayuda de una batidora. Una vez trituradas, añadimos la mantequilla fundida y removemos hasta conseguir una masa que será la base para nuestra tarta de queso fría. Colocaremos la masa en el molde que vayamos utilizar –¿te imaginas conseguir uno con forma de corazón?– cubriéndolo de forma homogénea. Dejamos que se enfríe en la nevera unos 20 minutos.

En un bol con agua tibia introduce las láminas de gelatina.
Mientras se reblandecen, calentamos la nata a fuego lento -sin que hierva- e iremos incorporando  el azúcar, sin parar de remover para que se vaya disolviendo. Una vez hemos añadido todo el azúcar, incorporamos a la mezcla el queso de untar y las obleas de gelatina. Removemos todos los ingredientes hasta que se cree una masa homogénea sin que llegue a su punto de ebullición.

Una vez que tenemos lista la mezcla, sacamos el molde de la nevera, y cubrimos la base con el relleno.  Lo dejamos enfriar en la nevera para que cuaje, unas 6 horas. Pasado este tiempo, comprobaremos que el relleno está totalmente compacto, y le añadiremos por encima la confitura o la mermelada de arándanos o frambuesas.

Si después de este festín os quedan ganas, os proponemos rematar con una película que os encante o marcaros un baile con esa canción que es vuestra y de nadie más.

En cualquier caso, tengas pareja o no, San Valentín es una buena excusa para celebrar el amor por el mundo, por tus amigos, por tu familia o por supuesto por ti. Porque el amor es para todos.

¡Feliz San Valentín!