Protégete del sol

*Artículo cortesía de Farmacia Área Sur.

El sol es la estrella imprescindible para nuestro planeta. Nos da calor, luz y vida. Sin embargo, desde el nacimiento, la piel humana se encuentra expuesta a los efectos tanto positivos como nocivos de la radiación solar, beneficiosa para la salud cuando se toman las debidas precauciones, pero también peligrosa por su capacidad potencial de causar graves daños dermatológicos, como envejecimiento cutáneo, hiperpigmentación y cáncer. 

Se debe recordar que el daño causado por el sol es acumulativo y que éste se puede prevenir fácilmente mediante unas normas básicas que se deben cumplir durante toda la vida cuando la persona permanezca al aire libre. Sin embargo, el uso adecuado de los protectores solares ayuda a combatir los riesgos asociados a la exposición solar. Por ello la sociedad debe estar concienciada e informada de los diferentes tipos de protectores solares existentes, así como de su correcto modo de empleo. Con el fin de evitar los efectos nocivos del sol tenemos diferentes opciones, como por ejemplo el uso de los fotoprotectores ó productos cosméticos que aplicados sobre la piel cumplen los siguientes objetivos: 

  • Prevenir el eritema solar. 
  • Reducir el riesgo de cáncer cutáneo. 
  • Prevenir el fotoenvejecimiento cutáneo. 
  • Reducir el riesgo de fotodermatosis y fotosensibilizaciones. 

¿Sabías qué nos indica el factor de protección solar (FPS)? Indica el tiempo que se puede prolongar la exposición al sol sin riesgo de quemadura respecto a si no se hubiera empleado el fotoprotector. Cuanto mayor sea el FPS, más alta será la protección frente al sol. Este tiempo varía en función del fototipo de piel. 

El consejo que la farmacia ofrece a la población, puede minimizar los riesgos de la exposición solar, por ello se recomienda:

Antes de exposición solar: 

  • Tener la piel correctamente hidratada y limpia antes de aplicar el fotoprotector. 
  • Evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfume (colonias y desodorantes), ya que pueden provocar la aparición de manchas. 
  • Elegir un fotoprotector solar adecuado a tu tipo de piel.
  • Aplicar generosamente el protector solar 30 min antes de exponerse al sol. 

Durante la exposición solar es recomendable: 

  • Tomar el sol con moderación los primeros días de exposición, para que el bronceado sea progresivo. 
  • Renovar la protección solar cada dos horas y después de cada baño. 
  • Evitar la franja horaria de máxima radiación: entre las 12 y las 16 h. 
  • No exponer a insolación fuerte a los niños menores de tres años y en las horas de insolación débil protegerlos con un FPS muy alto. 
  • Usar gorra y gafas de sol con cristales homologados con filtro solar UVA y UVB. 
  • Secar bien el cuerpo después de cada baño, el agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los fotoprotectores aunque éstos sean resistentes al agua. 

Hay que tener en cuenta los factores como el agua, la nieve y la arena, ya que reflejan la radiación solar, incluso las gotas de agua que permanecen en la piel tras un baño actúan a modo de lupa ante el riesgo de quemaduras. En un día nublado el riesgo de quemadura también existe, ya que un 90% de la radiación UV atraviesa las nubes. Te recomendamos: 

  • Beber agua en abundancia y frecuentemente. 
  • Extremar las precauciones en las zonas más sensibles del cuerpo, como el escote, la nariz, la nuca, los lóbulos de las orejas o las ingles. Las personas calvas o con un cabello muy fino deberían utilizar sprays o geles fotoprotectores capilares. 
  • Usar fotoprotector durante todo el año, personas en tratamiento con medicamentos fotosensibles (como anticonceptivos, antihistamínicos, corticoides, antidepresivos, antiacneicos, estrógenos, antihipertensivos y etc..). 

Por último, es muy recomendable someterse a un examen periódico de tu piel para comprobar si hay nuevos pecas, bultos o lunares. Algunos lunares pueden convertirse en melanoma. 

¿Sabes qué es el melanoma?

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos (las células que dan a la piel su color bronceado), comienzan a crecer fuera de control.