¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un descanso? 

Llevamos muchos meses de inseguridad, muerte, dolor, desubicación, cambio de roles, límites difusos, de educar en casa, de cambios de vivienda o de trabajo, soledad y de exigirnos constantemente que hay que sobrellevar estos cambios, tanto internos como externos, no solo nos llevan al agotamiento laboral, sino también vital. ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un descanso?

La ciencia demuestra que tomarse un breve descanso es más beneficioso de lo que creemos. Según un estudio reciente llevado a cabo en 2021 por el National Institute of Health, el descanso es lo que realmente ayuda al cerebro a aprender nuevas habilidades. Todos queremos tener más tiempo para nosotros, pero ¿cómo lograrlo?


Incorporar el descanso en tu rutina diaria

Hay muchas formas de tomarse un descanso. Ya sea una pausa para almorzar, una siesta de veinte minutos o una semana de vacaciones de una semana. Sea como sea, hay que aprender a incorporar los descansos en tu rutina diaria. Desde Área Sur te dejamos algunos consejos:

Que se sepa: haz saber a tus compañeros cuándo sueles marcharte al descanso para que tengan en cuenta cuándo pueden encontrarte en tu mesa y cuándo no. Te ayudará a tomarte ese tiempo que necesitas en horarios fijos.

Pon límites: Pregúntate: ¿estoy aquí liado porque quiero o lo necesito? ¿O lo hago por compulsión y por miedo?, dice Marshall, con una advertencia: no podemos esperar que los demás valoren nuestro trabajo si no les demostramos antes que nos valoramos lo suficiente como para poner límites, por incómodos que resulten. Define lo que es importante para ti, aprende a decir no y haz lo que tengas que hacer, aunque no esté “bien visto” (por ejemplo, tomarte un descanso en plena jornada laboral).

Práctica el ‘niksen’: este concepto holandés significa ‘no hacer nada’ y abarca todo tipo de actividades supuestamente improductivas, como mirar por la ventana o escuchar música. Haz descansos de cinco a 10 minutos durante el día, ve a un lugar tranquilo o relajante y no dejes que nada te distraiga. ‘Respira profundamente y para; es como el mindfulness, solo que en vez de centrarte en ti, céntrate en lo de fuera”, aconseja Marshall.

Sal fuera: los estudios demuestran que salir a tomar el aire y movernos son excelentes para nuestro bienestar físico y mental (sin olvidar la creatividad). Así pues, ¿qué tal si nos damos un paseo de 20 minutos en varios momentos del día? Presta atención a tu entorno e igual que si te dieras un baño de bosque, apaga el teléfono.

¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un descanso? 

Échate la siesta: ¿trabajas desde casa? Entonces, prueba a echarte una siesta reconstituyente de 20 minutos para continuar tu día con energías renovadas. Hay estudios que demuestran que una cabezadita contribuye a restablecer cuerpo y mente, mejora la energía, el rendimiento y el estado de ánimo.

Haz algo que te guste: busca una motivación que te ayude a tomarse ese descanso, planea algo que te apetezca hacer en ese tiempo y que no tenga que ver con el trabajo. Llame a un amigo, lee un libro o dedica un rato a cocinar algo rico para la comida. Sea lo que sea, conviértelo en tu prioridad.

Charla con alguien: si trabajas con más gente, no tiene nada de malo hablar un rato. Las investigaciones al respecto han encontrado que si charlamos con los compañeros en esos ‘minidescansos’ en los que nos distraemos unos minutos del trabajo, nos sentiremos después mucho más recuperados.

 

Todo lo que necesitas en un solo espacio