Pequeños trucos para perder el miedo a hablar en público

¿Te acuerdas cuando eras niño y lo que más vergüenza te podía dar era salir a la pizarra y que te preguntasen algo? Es un miedo que suele tener el 99% de los alumnos. Quizá hubiera sido buena idea que en los colegios ensñaran a hablar en público, ya que es algo que resulta fundamental en la vida adulta y sobre todo en el trabajo. Desde Área Sur queremos enseñarte unos pequeños trucos para perder el miedo a hablar en público.

pequeños trucos para perder el miedo a hablar en público

1. Practicar en entornos “seguros”. La práctica es la base del éxito en oratoria y es la clave para perder la vergüenza. Todos hablamos en público diariamente sin darnos cuenta y una reunión familiar o de amigos puede convertirse en la oportunidad ideal para practicar. Empezar por contar una historia o una anécdota en esos entornos “seguros” nos va a ayudar a encontrar nuestra propia voz, a descubrir los matices que nos hacen más potentes y nos dan más herramientas.

2. Planificar las prácticas e introducir modificaciones. Plantéate previamente qué será lo que cuentes en la próxima reunión (ya sea de trabajo, con amigos o familiar) e introduce en cada ocasión una variación en el discurso. Prueba a hacerlo de pie, sentado, jugando con las voces o hablando de diferentes temáticas. Si hacemos siempre los mismo, obtendremos los mismos resultados y no estaremos prevenidos para diferentes situaciones y contextos.

3. Ampliar los entornos y ambientes. Una vez hemos practicado en repetidas ocasiones en entornos “seguros”, podemos comenzar a abrirnos a nuevos escenarios. En este paso, deberemos identificar lugares de bajo riesgo, reuniones sociales más amplias o espacios donde apenas nos conozcan, como, por ejemplo, micrófonos abiertos. Deberemos estar atentos y observar cómo nos escuchan para ir incorporando mejoras a nuestros discursos y garantizar que nuestros mensajes lleguen al público.

4. Empatizar con la audiencia. En general, cuando hablamos en público es porque tenemos algo que aportar a la audiencia, por lo tanto, debemos entender que estamos ahí para ayudarlos. Por ello, antes de dar nuestro discurso es recomendable conversar con algunos de los asistentes, escuchar lo que les preocupa y observar sus interacciones. No solo conoceremos mejor a nuestro público, lo cual nos ayudará a eliminar en cierto grado la vergüenza, sino que podremos adaptar ligeramente nuestro mensaje para que tenga un valor mayor para ellos. Con esto, eliminaremos el temor a contar algo que no sea relevante o perder su interés.

Con estos consejos, poco a poco conseguirás deshacerte de ese miedo y de los nervios, además de ir mejorando tu capacidad para hablar en público.¡Y en nada te va a resultar pan comido!

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