Las ondas siguen estando fuerte, pero las melenas muy largas y lacias están recuperando su protagonismo. La forma de llevarlas puede ser suelta, recogidas con una diadema mini, semirecogidas en la parte superior sin volumen, pero siempre con cierto brillo.

Los recogidos se llevan con la raya en medio y dejando dos mechones finos que nacen del centro de la frente. Es una tendencia que nos llega desde los 90 y que rescatamos para darle frescura a los looks, pero también para resaltar el rostro. Además, no hace falta que tengan ondas, en cualquier textura queda bien.

Los pañuelos aportan cierto aire de libertad y desenfado en cualquiera de las distintas formas de llevarlos. En el nudo de una trenza o coleta, también en un doble moño como este, que se lleva también con unos mechones frontales sueltos.

Las melenas, y con ellas las trenzas y las coletas, se llevan excesivas y extremadamente largas. Una invitación a la fantasía en la que a veces hay que recurrir a extensiones. No se trata de que sea natural, sino de que tenga mucha fuerza expresiva. Además, las burbujas dan un paso más allá con esta longitud tan al límite.

Las trenzas de raíz, también, se multiplican en varias de ellas, cuatro o seis, siempre en múltiplos de dos para crear simetría. Así se consigue un resultado más original y divertido, una nueva versión de las trenzas de boxeador.